Lo que es simple no necesita explicación.
Es la decisión tomada a partir de la esencia.
Del corazón.
Simplemente es.
Solamente lo que es complejo necesita ser pensado.
Racionalizado.
Explicado.
A vida puede ser vivida de varias maneras, y solo depende de nosotros el modo en el cual queremos vivirla.
Lo que nos hace feliz.
Enteros.
Realizados.
Nosotros escogimos vivir el presente.
Simplemente abrazando lo que nos toca vivir.
Donde lo bueno y lo malo no existen.
Todo es enseñanza.
Evolución.
Sin expectativas.
Ni ilusiones.
No creamos nada en nuestras mentes para nos unir.
Apenas sentimos el amor verdadero desde el corazón.
Aquel amor que nos deja ser quienes somos, de forma libre.
Un sentir que no puede ser explicado en palabras.
Un sentir que solo tiene explicación a través de lo sutil.
A vida solo tiene sentido si es vivida con felicidad.
Y esta felicidad independe del otro.
Ella ya esta. Y es parte de cada uno de nosotros.
El amor que conocemos racionalmente no es real.
Ese amor racional tiene que ver con el ego.
Amar esperando ser amado.
Quien espera algo?
Quien tiene expectativa?
El ego. No el yo real.
El amor verdadero va en dirección a cualquier ser, a todo y todos que son parte del mundo en que vivimos.
La ilusión viene siempre de la mente, aquella que crea, difiere, juzga, gusta, escoge.
Sentir con la mente.
Senti-miento.
Senti-mental.
La mente crea separaciones.
El amor une.
De aquel punto de luz que esta vivo dentro de todo lo que conforma el universo.
Algo único, sin distinciones, que no necesita ser buscado ni conquistado.
Ya que esta y siempre estuvo.
